Neil Summerhill

Alexander Sutherland Neill (17 October 1883 - 23 September 1973) was a Scottish progressive educator, author and founder of Summerhill school, which remains open and continues to follow his educational philosophy to this day. He is best known as an advocate of personal freedom for children. Neill was born in Forfar, the son of a schoolteacher. After acting as a pupil-teacher for his father, he studied at the University of Edinburgh and obtained an M.A. degree in 1912. In 1914 he became headmaster of the Gretna Green School in Scotland. During this period, his growing discontent could be traced in notes which he later published. In these notes, he described himself as "just enough of a Nietzschian to protest against teaching children to be meek and lowly"[1] and wrote (in A Dominie's Log) that he was "trying to form minds that will question and destroy and rebuild".

Neill believed that the happiness of the child should be the paramount consideration in decisions about the child's upbringing, and that this happiness grew from a sense of personal freedom. He felt that deprivation of this sense of freedom during childhood, and the consequent unhappiness experienced by the repressed child, was responsible for many of the psychological disorders of adulthood.



The main focus of educational interest and research at that time was the question of how best to produce obedient soldiers who would uncritically follow orders in battle,[citation needed] so Neill's ideas, which tried to help children achieve self-determination and encouraged critical thinking rather than blind obedience, were seen as backward, radical, or at best, controversial.



Many of Neill's ideas are widely accepted today, although there are still many more "traditional" thinkers within the educational establishment who regard Neill's ideas as threatening the existing social order, and therefore controversial.



In 1921 Neill founded Summerhill School to demonstrate his educational theories in practice. These included a belief that children learn better when they are not compelled to attend lessons. The school is also managed democratically, with regular meetings to determine school rules. Pupils have equal voting rights with school staff.



Neill's Summerhill School experience demonstrated that, free from the coercion of traditional schools, students tended to respond by developing self-motivation, rather than self-indulgence. Externally imposed discipline, Neill felt, actually prevented internal, self-discipline from developing. He therefore considered that children who attended Summerhill were likely to emerge with better-developed critical thinking skills and greater self-discipline than children educated in compulsion-based schools.



These tendencies were perhaps all the more remarkable considering that the children accepted by Summerhill were often from problematic backgrounds, where parental conflict or neglect had resulted in children arriving in a particularly unhappy state of mind. The therapeutic value of Summerhill's environment was demonstrated by the improvement of many children who had been rejected by conventional schools, yet flourished at Summerhill.



Strongly influenced by the contemporary work of Sigmund Freud and Wilhelm Reich, Neill was opposed to sexual repression and the imposition of the strict Victorian values of his childhood era. He stated clearly that to be anti-sex was to be anti-life. Naturally, these views made him unpopular with many establishment figures of the time

La escuela Summerhill es un internado situado en el sur de Inglaterra en el que conviven chicos y chicas de los cinco a los dieciséis años. Tras muchos avatares ha sobrevivido hasta ahora con una fama que llegó a su cumbre en los años 60 y 70 del siglo XX. Legalmente, funciona como escuela privada en la que los niños pueden escolarizarse, pero en muchas ocasiones sus peculiaridades la han expuesto al cierre tras las inspecciones que lleva a cabo el Estado. Precisamente, hace tres años tuvieron su peor momento, pero continúa abierta.



Neil creía que es más importante el desarrollo adecuado de las emociones que el adelanto intelectual. Un niño emocionalmente sano puede sacar recursos fácilmente en el futuro para lo que quiera hacer, incluso ponerse a la altura, en conocimientos y recursos intelectuales, de los niños de la escuela convencional. Aunque desde luego, se oponía a toda forma de competitividad fomentada en los niños. Lo fundamental es el equilibrio emocional, como factor clave para que los niños se hagan personas felices, último objetivo de la educación para Neill como se ha dicho.



También, como freudiano, Neill se oponía con fuerza a la represión sexual y la imposición de valores puritanos estrictos propios de la educación de la primera mitad del siglo XX. Para él, denostar el sexo y la sexualidad era denostar la vida, en una forma de deseo más o menos consciente de muerte.



Es muy importante matizar lo que Neill entiende por libertad. El hecho de que los niños dispongan de un amplio margen de autonomía y libertad no implica que en la escuela reine el libertinaje. La verdadera libertad es la que no supone un abuso de los derechos ajenos. Va asociada al respeto y la responsabilidad. El niño libre se autocontrola, sin que esto suponga represión de ningún tipo, ya que lo hace por la estima en que tiene a los demás debido a un tipo de relaciones con ellos sin miedos ni odio. En esto se basa el aprendizaje de la libertad. Respeto y libertad están íntimamente ligados, y se aprenden, básicamente, conviviendo. Es decir, un niño que toca el tambor a las tres de la mañana y despierta a sus padres no está ejerciendo su libertad, sino abusando, colocándose en cuanto a derechos por encima de los mismos. La convivencia ideal, según la entiende Neill, es una horizontalidad en las relaciones entre niños y adultos en la que ninguno posea todos los derechos y anule los del otro. El autoritarismo tradicional en la educación oprimía a los niños, en cuanto no respetaba sus peculiaridades y forma de ser. Pero la solución no es un libertinaje en el que la tortilla se dé la vuelta, sin dejar de ser la misma tortilla (sociedad autoritaria). Esto es algo que Neill repite a menudo y que produjo enormes malentendidos en muchos padres que quisieron aplicar sus teorías en los años sesenta y setenta del siglo XX.


La pedagogía de Neill ha sido tan criticada como querida por muchos. Sus controvertidos principios y el funcionamiento de la escuela que fundara han recibido halagos y críticas de todo tipo. En especial, se ha cuestionado el entorno de aislamiento en que se educa, lejos de una sociedad cuyas reglas son bien diferentes. No obstante, Neill siempre defendió que los niños se adaptarían a cualquier entorno al salir.



principal obra Summerhill: un punto de vista radical sobre la década de los niños: relata en esta obra sus experiencias con la aplicación del método progresista de la autorregulación de los ninos. Sostiene que la libertad funciona y el nino posee la virtud de amar la vida e interesarse por ella.

http://www.youtube.com/watch?v=dIKWSnTN0Mc




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